Siendo la involucrada no lo percibía –no es fácil verse a
uno mismo, ni estamos pensando en ello continuamente-, quizás porque me gusta,
me entusiasma, lo que hago: ser profesora de matemáticas… no puedo negar que eso
me agradó y me sentí alagada, porque considero importante que los estudiantes
perciban que su profesor llega contento a hacer su trabajo, lo que en cierto
grado conlleva a motivar a los estudiantes, propiciando un mejor ambiente de
trabajo… tampoco había percibido que tiene mucho que ver la atención con la
hora de clases.
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